"Elija UN tema y escriba
una redacción de 200 palabras aproximadamente.
1. Imagine un animal fantástico y
relate la historia de su relación con un personaje humano. No olvide
describirlo minuciosamente tanto en sus características físicas como en las de
su comportamiento.
2. Continúe la historia del cuendú
en el zoológico de Buenos Aires."
Que los disfruten:
Mi amigo "Coco"
por Donato Battista
En el bosque de Irlanda existía
un monstruo de aspecto salvaje y desagradable. Su cabeza era enorme, con rulos
de metal, dos ojos terriblemente grandes, un pequeño hocico y una boca ancha
con dientes afilados.
Su cuerpo cubierto de escamas era
del tamaño de una puerta y se apoyaba en dos patas de gran tamaño.
Estábamos pasando un día de campo
con mi familia cuando escuchamos un rugido aterrador que venía desde atrás de
la arboleda y allí apareció. Al principio nos asustamos, pero como no nos hacía
nada, nos tranquilizamos. Aquella bestia salvaje estaba buscando refugio y
comida. Yo extendí mi mano para acercarle un pedazo de torta y una botella con
agua. Me sorprendí al ver cómo me sonreía y emitía sonidos de agradecimiento. En
ese momento supe que solo su aspecto daba miedo, pero sin embargo era una
criatura inofensiva y sensible.
Coco, ilustración realizada por Joaquín Pardi |
El Cuendú en el zoológico
por Joaquín Pardi
Una vez
instalado mi cuendú en el zoológico, fue ubicado en un ambiente más acorde con su
hábitat. Me puse feliz, sabía que sufriría menos su estado de domesticidad. Iba
a visitarlo seguidamente, y sé que él sabía que yo estaba cerca. Lo
asombroso era con qué facilidad parecía adaptarse a ese nuevo lugar, aunque seguía manteniendo esa actitud de penitencia.
Un día, Onelli
me comentó unos cambios que habían sucedido en mi extraña criatura; cuando yo
iba a visitarlo, estaba manso y tranquilo, y cuando no, comenzaba a lanzar sus
púas de forma incontrolable. Era preocupante, ya que no sólo mostraba un cambio
de ánimo sino que se convertía en una amenaza letal. Entonces me pregunté si
sería ésa su forma de hacerme entender que yo era la única persona con la que
quería estar.
El cuendú en el zoológico, ilustración realizada por Agustín Chaves |
Quizás yo
fuera la única persona que podía controlarlo... Volví y, al verme, sentí en su
mirada otra vez esa dulzura que me había conmovido, lentamente me acerqué y él
tomó mi mano. Llevó mis dedos a su boca, se lo veía tranquilo, seguro.
Todo parecía tener sentido. Los dos nos conectábamos.
De repente, sentí un
inmenso dolor en mi pecho, cuando logré ver una de sus enormes púas clavada en
mi piel. Sentí que moría, pero algo sucedió: me fui de a poco transformando en
un cuendú, y entendí que eso era todo lo que quería de mí ese animal monstruoso
en el que yo ahora me había convertido.
Profe ya publique la carta de lectores
ResponderEliminarTomás
Buenísimo, pero tratá de comentar siempre en la última entrada del blog para que sea más accesible para los demás
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